Catorce de diciembre. A las cinco en pie dirección Ajmer-Pushkar. El tren no está mal y el té que nos ponen es cojonudo. Llegamos a Ajmer y mochila a cuesta salimos de la estación los seis occidentales. Juntos, en una ciudad no demasiado turística, somos inevitablemente el centro de atención. Nos piden 400 rupias por …