Llegar hasta Ranakpur fue una odisea pues los guiris que iban a compartir coche con nosotros se rajaron y, como no podíamos pagarlo solos, no nos quedó otro remedio que dedicar tres horas para hacer noventa kilómetros en autobús. Como cada vez que nos montábamos en bus nos convertíamos en el espectáculo absoluto. Todos los …