Salimos andando dirección a la frontera ucraniana con paso firme. Allí comenzamos de nuevo el rollo pasaporte-papelito-preguntas que parecía nunca acabar. Daba la impresión de que nunca hubieran visto a un español pasar por allí. Al pasar no había donde cambiar a Wrizlas y en una habitación, un hombre, que al parecer hacía eso como …