Serbia

El trance nos lo jodieron los guardias de fronteras de ambos lados y tampoco ayudó el revisor que nuevamente volvió a requerirnos el billete una vez pasamos la frontera Serbia. Esto de las fronteras no es nada práctico, que diría John Lennon. Seguimos camino a Belgrado. A las siete y veinte de la mañana llegamos …